Zaragoza

Es la tercera vez que intento escribir unas palabras que den coherencia a lo sentido  y vivido este fin de semana. Quizá este no sea más que un intento más. No lo sé.
Queria hablar de la percepción del tiempo. Mis palabras repiten lo que casi todos antes han dicho, que si el tiempo pasa rápido, que la vida pasa volando... y me siento repetitivo, mayor o vulgar. No es que crea que deba escribir algo definitivo pero quiero expresar ese pensamiento con otras palabras.
Zaragoza fue el principio de una vida. Un momento crucial en mi vida. Descubrí a mi familia. Goya no era más que una niña de 15 años y ahora tiene un hijo que ronda los 15. El tiempo que ha pasado entre tanto lo puedes medir por la desaparición de lugares, de negocios. Lo puedes medir por la desaparición de Titos y Cuto. Lo puedes medir por los hijos/sobrinos que hemos tenido. Lo puedes medir de tantas formas! Y ninguna de ellas te reconforta. Parece que mientras vivimos en otro lado, el sitio que hemos dejado deba quedarse quieto en el momento que conoces. Quizá eso es envejecer. Darte cuenta que todo tiene vida, todo cambia mientras tu cambias, todos viven-cambian mientras tu vives-cambias.

La misma sensación de cambio de su ciudad que pudo tener Pilar en Zaragoza, la he tenido en más de una ocasión yo respecto a Capdepera. Los lugares de tu juventud son los lugares que pisas y las gentes que frecuentas. Es la sensación del emigrante. Eres emigrante dónde resides y forastero en tu pueblo.

2 comentarios:

Ferran dijo...

uy, te veo muy existencialista...
pero, Papá, esto me pasa a mí con Palma, ahora que han abierto Blanquerna, ahora que nuestra calle ya no se llama como se llamaba, que, pese a todo, me supone un cierto trauma, ahora que abren y cierran negocios. Todo cambia, y mira que yo voy volviendo a menudo, pero lo hace.

Y no te diré que no sea difícil, porque no lo es, en absoluto.
Nos vemos pronto. Un beso,
Ferran.

distante.espejo dijo...

entonces, ¿Qué sugieres? que aquellos que salimos del hogar acabamos siendo extraños en una ciudad ajena y extraños en la propia, que acabamos perdiendo el hogar apostando por dos casas?