LA ROCHELLE-TOLOSA-BARCELONA

La Rochelle-Tolosa-Barcelona
26-28 de Julio

La tres noches siguientes fueron en itinere constante, con tres paradas que acabaron por redondear el viaje: La Rochelle, ciudad portuaria a la que tenia ganas de visitar desde hacía un par de años, Tortosa ciudad que me parecío mestiza, moderna y acogedera y finalmente Barcelona, puerto que nos enlazaria con nuestra Mallorca.

Puerto de La Rochelle
Más allá del centro histórico de la ciudad (me sorprendio el predominio del blanco de las paredes) y el hermoso puerto, dedicamos la mayor parte del tiempo a la isla de Ré. La isla esta enlazada al continente por un puente de tres kilometros. 






Es una isla eminentemente turística. Anteriormene tuvo una fuerte presencia militar de la que queda practicamente todo intacto, ya que con criterio, ha rehabilitado las instalaciones militares en oferta hotelera, no modificando la imagen de la isla ni ocasionando ningún impacto medioambiental innecesario. Quiero recordar en estas lineas que la Isla de Re, que tiene diversos municipios, tiene carreteras paralelas para bicicletas y que a la entrada del pueblo debes aparcar el coche (no los residentes) convirtiendo el pueblo completamente peatonal o para ciclistas.

Ille de Re




Nos sorprendió de Tolosa el rotulado de las calles en francés y en occitano. Sorpresa agradable porque nos acercaba linguisticamente. No solo fue el occitano el que nos acercaba, la temperatura también nos indicaba que estábamos en el sur, pero sobretodo el bullicio de la ciudad, las terrazas llenas y las calles a rebosar.


 El Ayuntamiento y su plaza son espectáculares. La Iglesia de St. Sernín, una de las mayores iglesias románicas es una joya y un placer contemplarla. Vale la pena. Al igual que el paseo alrededor del rio Garona con sus barcos-casa, pasear por sus parques junto al rio que encontramos con conciertos a media tarde...






El camino hacía Barcelona fue como pisar sobre caminos ya conocidos. Hace un par de años, visitando el Rossellon francés, tuvimos oportunidad de visitar Coulliure. Nos encantó. Quisimos volver a este maravilloso pueblo en el camino de vuelta. Estaba todo decidido. Conducir de Tolosa hacía Colliure (sin pararnos en Carcassone) pegar un baño y comer en el hermoso puerto de Coulliure y para bajar la comida pasear hasta el cementerio viejo del pueblo para volver a saludar al maestro Machado. El plan era muy apetecible. El problema surge cuando toda Francia tuvo la misma idea para el mismo dia. Pudimos entrar en Colliure pero no nos pudimos bajar del coche: No había un solo espacio para dejar el coche. Todos estaban en Colliure ese dia. (la anterior visita fue durante un mes de diciembre y claro, parece que en diciembre no van a la playa los franceses).

Pues bien, nos fuimos a bañarnos y a comer a Argelès-sur-Mer, justo al lado de Coulliure. Tampoco estuvo mal aunque no tiene el encanto del puerto de Coulliure y sobretodo no tiene el significado que para muchos tiene el lugar donde fue a morir el bueno de Antonio Machado.

Decidimos bajar a Barcelona por el puerto de Portbou con parada intermedia prevista en Cadaquès. La carretera de montaña (te recuerda el Tour) junto al mar es espectacular. Los pequeños pueblos  (Banyuls, Port Vendrès-el primer trozo de tierra francés que pisé hará más de treinta años) pesqueros y turísticos que abraza la ruta merece un viaje completo. Cerbere (que también recordaba a Pilar los cambios de tren cuando volvía desde Alemania) nos despedia de Francia aunque el paisaje no indicara que habiamos cambiado de pais.
Cadaquès
Cadaquès es un pueblo que me recuerdó la Cala Rajada de mi infancia no por su paisaje (totalmente distinto) sinó por sus hostales grandes, con aparentes grandes habitaciones. Al margen de mis recuerdos Cadaquès es otro rincón precioso inalterado por el tiempo o por la burbuja immobiliaria.



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